domingo, 6 de febrero de 2011

ENRIQUE PONCE Y CASTELLA A HOMBROS AYER EN LA CORRIDA ANIVERSARIO DE LA TEMPORADA GRANDE DE LA MÉXICO



Más de cuatro horas debió esperar el público que acudió a la Plaza México a celebrar el aniversario 65 del coso, y fue un toro de Garfias el que permitió que tanta expectación –y tanta paciencia- tuvieran su recompensa con un faenón se Sebastián Castella, que sigue escribiendo páginas de oro en este escenario.
También Enrique Ponce alcanzó la puerta grande a base de esfuerzo, y cortó sendas orejas –la segunda a otro toro de regalo-, en una nueva demostración de toreo reposado y elegante, que vivió sus mejores pasajes con el único toro de Teófilo Gómez, corrido en segundo lugar.
Y es que uno tras otro, los ejemplares queretanos iban haciendo caer al público y a los toreros en la desesperación, pues el encierro dejó que desear en esta fecha tan significativa. Si a ello sumamos que los dos remiendos de Julio Delgado, corridos en primero y octavo, fueron un par de inválidos, la cosa, ganaderamente hablando, pintaba fatal.
Hasta que salió “Cumpleañero”, un toro colorado, con el famoso hierro de la “T” sobre la “G” acostada, que embistió con alegría recorrido y son a lo largo de una faena tersa, de ucha calidad, ejecutada en un palmo de terreno y en la que Castella giró armoniosamente y la armonía en sí misma del trasteo, fueron portentosas, y se fundamentaron en la quietud y la suavidad de toques.
Por ahí comenzaba a fraguarse la petición del indulto del toro, que terminó un tanto distraído, y el francés no se la pensó mucho para entrar a matar y colocó medio estocada eficaz que le valió el corte de las dos orejas. De haber estado más contundente con el acero, es posible que le hubiesen pedido el rabo. Aunque lo que verdaderamente valió fue esta obra de gran nivel, que ahí quedará como la faena más puntual de este aniversario.

Decíamos que Enrique Ponce hizo un trasteo más que bueno al segundo, un toro que tuvo transmisión y mucho que torear. El valenciano le tapó la cara a la perfección y aprovechó el pitón derecho, que era el más potable del ejemplar de Teófilo Gómez, para torear con su característico buen gusto.
Y al de regalo, de Campo Real, el dio muletazos tersos y mandones, no obstante que el toro tendía a llevar la cara alta y soseaba. En ambos casos, Enrique se prodigó como siempre lo ha hecho en esta plaza.

Uriel Moreno “El Zapata” sigue dejando en claro que es un torero explosivo y que le llega mucho a la gente. Con las banderillas, sobre todo en su primer toro, formó un auténtico alboroto y después de clavar el “par Monumental”, y otro al relance, al violín, dio una aclamada vuelta al ruedo. Con la muleta estuvo centrado y torero, en una faena entre altibajos porque el de Teófilo Gómez iba rebrincando y no era fácil de templar. El certero golpe de descabello que antecedió a un pinchazo hondo, no fue impedimento para que se le concediera una oreja de ley.Delante del séptimo volvió a calentar el cotarro al dar tres expuestas largas cambiadas de rodillas, el arrojo del tlaxcalteca se hizo patente en todo momento y si la faena se desfondó, fue debido a la falta de casta del toro, que vino a menos.

Eulalio López “Zotoluco” trató de afianzar las embestidas del toro de Julio Delgado que abrió plaza, y consiguió un par de series con mucho mimo que hicieron albergar mayores esperanzas, pero la falta de fuerza del toro, que se derrumbó varias veces a lo largo de la faena, echaron por tierra sus buenas intenciones.
El quinto no decía nada y Eulalio se afanó en torearlo con entrega y suavidad, cerca de los toriles. Sin embargo, la distracción de la gente, que a veces se suscita en tardes con ésta, hizo pasar desapercibida sus ganas de agradar.

Al final de la maratónica jornada de casi cuatro horas y media, en la que hubo mucho ambiente, famoseo, alegría, enojo y demasiada exposición mediática, la reflexión era la misma de años anteriores: Hay que cuidar más la presentación del ganado, pues no se puede abusar de tanta nobleza del público, y eso, amigos, le corresponde a la empresa y a los apoderados de las figuras, pues es un responsabilidad compartida para que esta fecha siga teniendo categoría en el calendario taurino mundial.

Ficha de la corrida:

México, D.F.- Plaza México. Corrida del aniversario 65 del coso. Decimocuarta corrida de la Temporada Grande. Casi lleno en tarde agradable. 6 toros de Teófilo Gómez, de presencia y juego desigual, de los que el 5º fue protestado y devuelto por su falta de trapío, y de los que destacó el 2º tuvo transmisión y fue el más completo. Dos de Julio Delgado (1º y 8º) y dos más de Garfias (5º bis), un chico, protestado, y otro muy bueno, lidiado como regalo (10º), que fue premiado con arrastre lento. Y uno de Campo Real (9º), también de regalo, deslucido. Pesos: 590, 505, 512, 480, 500, 480, 510, 523, 490 y 500 kilos.
Eulalio López “Zotoluco” (azul noche y oro): palmas en su lote.
Enrique Ponce (azul marino y oro): oreja con petición, silencio y oreja en el de regalo.
Uriel Moreno “El Zapata” (tabaco y oro): oreja tras aviso y palmas.
Sebastián Castella (grana y oro): pitos, silencio y dos orejas en el de regalo.
Al final del festejo salieron a hombros Enrique Ponce y Sebastián Castella. La corrida tuvo una duración de 4 horas y media.

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