domingo, 15 de mayo de 2011

LA ACTITUD DE SALDÍVAR SALVA LA TARDE

ALTOROMEXICO.COM
 
Saludó las dos únicas ovaciones de la tarde en Madrid
 
  Foto: Burladero.com

A base de variedad, valor y claridad de ideas, el mexicano Arturo Saldívar salvó una tarde destinada al fracaso debido al descastado juego de los toros de Núñez del Cuvillo, y dejó una magnífica tarjeta de presentación en Las Ventas de Madrid, donde el día de hoy confirmó su alternativa.

Y era lógico que esta actitud de tanta determinación la tuviera en mente el mexicano, que salió a entregarse y se ganó el cariño y el respeto del público madrileño, pues en ningún momento escatimó esfuerzo alguno por estar a la altura de este compromiso, el más importante de su carrera. Lástima que no estuvo fino con la espada, porque pudo haber cortado una oreja al sexto ejemplar de la tarde.

También es verdad que su lote, a la postre, fue el más potable de un encierro desastroso de la ganadería de Núñez del Cuvillo, en el que se habían cifrado muchas esperanzas dada la regularidad de la vacada andaluza y después del indulto del toro de Sevilla.

Pero por lo visto, el ganadero Álvaro Núñez no atinó hoy a enviar un encierro parejo y bien hecho, sino más bien destartalado y con un par de toros de feas hechuras, que dieron al traste con la expectación que había, sobre todo en un corrida donde los nombres de Morante de la Puebla y Alejandro Talavante eran atractivos muy significativos en este cartel.

Arturo estuvo solvente desde que se abrió de capote con el toro de la confirmación, el único de pelo colorado del encierro, un ejemplar que sin tener mucha fijeza en la muleta terminó embistiendo un poco mejor por le pitón izquierdo.

Después de la ceremonia de confirmación, Arturo brindó la muerte de "Aguador" a su apoderado, Julio Esponda, en un gesto que le honra, pues ha sido este buen aficionado el mayor promotor de Tauromagia Mexicana, uno de los proyectos taurinos más importantes en la historia de la fiesta de los toros en México.

Y tras el brindis, en el que casi no mediaron las palabra, pues ni falta hacía para agradecer tanta lusión por parte del abogado penalista, Arturo Saldívar se plantó en los medios del amplio ruedo de Las Ventas y citó a "Aguador" desde largo para recetarle varios redondos de rodillas que ligó a un señero pase de pecho rodilla en tierra y a otro muletazo del desdén, lo que constituyó un trepidante inicio de faena.

A pesar de que el toro iba con la cara muy suelta, el mexicano toreó con temple, siempre muy asentado sobre la arena, en muletazos que tuvieron donaire y la aprobación unánime del público, que veía con agrado a este chico de 21 años de edad que había toreado hasta seis tardes como novillero en este mismo escenario, durante las tres últimas temporadas.

La faena discurrió entre lógicos altibajos, primero debido a la condición incierta del toro y también al viento, que estuvo a punto de descubrir un par de veces al torero, pero el conjunto de la actuación había calado positivamente en el tendido. Abrochó el trasteo con unas ajustadísimas manoletinas que le granjearon una fuerte ovación, antes de colocar tres cuartos de estocada, trasera y tendida, que tardaron en hacer doblar al toro. No obstente, el público, que había visto con mucho interés la labor de Saldívar, lo llamó a saludar en el tercio.

Después de cuatro toros casi sin historia, debido a su falta de casta, y en los que Morante bosquejó destellos de su arte, y Talavante estuvo valiente y seguro, el público estaba esperando la salida a la arena del sexto toro de la función, segundo del lote de Saldívar.

Y como el torero nacido en Teocaltiche y criado en Aguascalientes había hecho un riesgoso quite por chicuelinas al ejemplar anterior, todo estaba a favor para apoyarlo en su cometido de buscar afanmosamente el triunfo, que debió llegar si mata a la primera, porque otra vez estuvo fresco, natural y valiente, en una faena que comenzó de manera espectacular en los medios, con un muletazos cambiado por la espalda en el que había presentado la muleta plegada, y al que siguió un péndulo de acusado temple.

El toro se movió con cierta transmisión, aunque no muy buen estilo, y esto lo aprovechó Salvídar para torear en redondo en ese terreno de los medios, embraguetado y con la figura relajada, en series que la gente coreó con entusiasmo hasta que el toro se sintió sometido y decidió que era tiempo de refugiarse en las tablas.

Todavía le robó una tanda más que no tuvo la limpieza deseada, pero si las ganas de demostrar, nuevamente, que quiere ser torero importante allende el Atlántico. Y a la hora de matar requirió hasta de tres intentos para dar muerte al toro, al que despenó de una estocada caída. El torero, y la gente, lamentaron esta situación, pues todo estaba listo para verlo con una oreja en la mano.

Al margen de este detalle, que hubiera realzado su comparecencia en San Isidro como matador de toros, la tarjeta de presentación que dejó ha sido sensacional y seguramente le servirá para que surjan algunos contratos en el resto de la temporada europea, sobre todo en esos cosos donde, como novillero, ya dejó constancia de su valía. 

Ficha
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Sexta corrida de la Feria de San Isidro. Lleno de "Agotado el boletaje" en tarde agradable, con algunas ráfagas de viento. Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales en presentación, algunos sin trapío, y descastados en su conjunto. Pesos: 534, 540, 556, 536, 542 y 556 kilos. Morante de la Puebla (verde esmeralda y oro): Silencio y silencio tras aviso. Alejandro Talavante (blanco y plata): Silencio en su lote. Arturo Saldívar
(obispo y oro): Ovación y ovación. Saldívar confirmó la alternativa con el toro "Aguador", número 108, colorado, con 534 kilos. (obispo y oro): Ovación y ovación.