Se accidentó el autobús en el que iba a viajar
El matador mexicano Antonio Bricio, que se encuentra en Perú haciendo temporada, vivió un hecho traumático el día de ayer al haberse estrellado un autobús en el que iba a viajar rumbo a Sicaya (Junin )para sustiuir al español Francisco Javier Corpas, y afortunadamente no llegó a tiempo para abordarlo.
Sin embargo, en el siguiente autobús que pudo tomar, se topó con el accidente que le impidió acudir a este cormpomiso.
"Salí de Trujillo para ir a una población a más de once horas de distancia en Sicaya una de las 28 que conforman la Provincia de Huancayo, ubicada en el Departamento de Junín. Para llegar ahí tuve que viajar toda la noche hasta Lima. Y de ahí tomar otro camión que me llevaría, en seis horas, hasta mi destino".
El autobús accidentado se estrelló de frente con un trailer y dejó más de 40 personas fallecidas. "Estoy muy impactado, sentí mucho medio", dijo Bricio, que no había tomado ese primer autobús siniestrado.
En el medio taurino peruano se corrió la voz que en ese primer vehículo iba el torero mexicano, ya que un banderillero que lo había encontrado en la terminal se quedó con esa idea. Lo que no supo es que Bricio ya no alcanzó ese camión y tuvo que salir una hora más tarde.
"Cuando llegamos al lugar donde había sucedido el accidente, era una escena muy dramática ya que los cuerpos de rescate estaban levantando los cadáveres de ese lamentable suceso", decía un exaltado el torero quien a su vez, ya recibía llamados de las personas que lo habían contratado para actuar en Sicaya para ver si todavía podía llegar a torear la corrida.
Pero había que recorrer seis horas más de carretera y cerca de la una de la tarde del jueves era ya imposible llegar a cumplir con el compromiso. Además, el tapatío no estaba con el ánimo como para torear, según explicó a medios locales:
"Me decían que iban a correr el turno; que mis dos toros los lidiaría hasta el final. Pero después de todo, ya era mucha la presión y el impacto por lo vivido", de tal forma pese a que le ofrecían ir por el en una camioneta, Bricio tomó la decisión de mejor renunciar a esa locura de querer llegar, ya que no quería arriesgarse y arriesgar otras vidas".
Al final, el matador decidió quedarse en Lima; escuchó misa y desahogó su dolor haciendo oración, para posteriormente regresar a Trujillo y concentrarse para el compromiso que ahora le viene el fin de semana en Mache, provincia de Cajamarca, el primero de una decena de corridas que tiene por delante en el mes de agosto.
"Me impactó mucho que la gente me diera por muerto y las muestras de cariño han sido muchas, algo que agradezco", dijo el torero mexicano.
Esta es la segunda ocasión que Antonio Bricio vive un hecho traumático estando en tierras peruanas, pues hace unos seis años le tocó reconocer el cadaver del matador español Reina Rincón, asesinado por delincuentes relacionados con el narcotráfico. En esa época, Bricio tenía relación cercana, de compañeros, con el fallecido, y a veces solían entrenar en un gimnasio de Lima, donde residían ambos.
Sin embargo, en el siguiente autobús que pudo tomar, se topó con el accidente que le impidió acudir a este cormpomiso.
"Salí de Trujillo para ir a una población a más de once horas de distancia en Sicaya una de las 28 que conforman la Provincia de Huancayo, ubicada en el Departamento de Junín. Para llegar ahí tuve que viajar toda la noche hasta Lima. Y de ahí tomar otro camión que me llevaría, en seis horas, hasta mi destino".
El autobús accidentado se estrelló de frente con un trailer y dejó más de 40 personas fallecidas. "Estoy muy impactado, sentí mucho medio", dijo Bricio, que no había tomado ese primer autobús siniestrado.
En el medio taurino peruano se corrió la voz que en ese primer vehículo iba el torero mexicano, ya que un banderillero que lo había encontrado en la terminal se quedó con esa idea. Lo que no supo es que Bricio ya no alcanzó ese camión y tuvo que salir una hora más tarde.
"Cuando llegamos al lugar donde había sucedido el accidente, era una escena muy dramática ya que los cuerpos de rescate estaban levantando los cadáveres de ese lamentable suceso", decía un exaltado el torero quien a su vez, ya recibía llamados de las personas que lo habían contratado para actuar en Sicaya para ver si todavía podía llegar a torear la corrida.
Pero había que recorrer seis horas más de carretera y cerca de la una de la tarde del jueves era ya imposible llegar a cumplir con el compromiso. Además, el tapatío no estaba con el ánimo como para torear, según explicó a medios locales:
"Me decían que iban a correr el turno; que mis dos toros los lidiaría hasta el final. Pero después de todo, ya era mucha la presión y el impacto por lo vivido", de tal forma pese a que le ofrecían ir por el en una camioneta, Bricio tomó la decisión de mejor renunciar a esa locura de querer llegar, ya que no quería arriesgarse y arriesgar otras vidas".
Al final, el matador decidió quedarse en Lima; escuchó misa y desahogó su dolor haciendo oración, para posteriormente regresar a Trujillo y concentrarse para el compromiso que ahora le viene el fin de semana en Mache, provincia de Cajamarca, el primero de una decena de corridas que tiene por delante en el mes de agosto.
"Me impactó mucho que la gente me diera por muerto y las muestras de cariño han sido muchas, algo que agradezco", dijo el torero mexicano.
Esta es la segunda ocasión que Antonio Bricio vive un hecho traumático estando en tierras peruanas, pues hace unos seis años le tocó reconocer el cadaver del matador español Reina Rincón, asesinado por delincuentes relacionados con el narcotráfico. En esa época, Bricio tenía relación cercana, de compañeros, con el fallecido, y a veces solían entrenar en un gimnasio de Lima, donde residían ambos.
